La razón es totalmente ilógica, pero muy simple: cuando festejaba su gol, Maurides dio un espectacular salto mortal, pero cayó mal y terminó lesionado.
El insólito hecho provocó que el jugador, que habría entrado apenas minutos antes, sufriera un esguince que lo dejará un mes fuera de las canchas.
Hay que pensar dos veces antes de celebrar de manera tan eufórica, o sea, no era para tanto...